049- En los pasillos de acceso a las cámaras, podemos encontrar hasta 600 ceniceros de puros. Resulta que a cada cierto rato salían los diputados a fumar puros habanos que dejaban reposando cada uno en un número que tenía grabado que memorizaban y retomaban en la siguiente pausa. Cuando un orador era muy bueno todos permanecían dentro y el puro se consumía. Dado su elevado precio, se popularizó la graciosa expresión “este orador bien vale un habano”.
 

Retrocede ---------- Menu ---------- Siguiente