170- Pero, a pesar de tantas exaltaciones, Hitler, en 1936 en Nüremberg, calificó la Böttcherstrasse como “arte degenerado”. Roselius supo mover algunas influencias y, finalmente, el Führer amnistió a la calle con la justificación que quedaría como muestra de ese arte despreciable al que se debía evitar. Hoetger no tuvo tanta suerte y entró en la temida lista de “artistas degenerados” lo que le obligó a abandonar definitivamente Alemania en 1943.
 

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